Telesalud
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La realidad y los paradigmas que tenemos que derrumbar en la Telemedicina

Tipos de telemedicina

Hablando de los tipos de telemedicina, en algunos casos puede existir una comunicación en tiempo real, para esto necesitamos tener gran ancho de banda para mantener la conexión y transmitir imágenes de alta definición, este tipo de telemedicina se llama sincrónica y aunque es necesaria en momentos particulares de la consulta a distancia no es la única que existe; también está el segundo tipo de telemedicina que es la asincrónica, en la cual la información del paciente es almacenada en formatos de video, imágenes o texto y después es trasmitida de forma diferida y el médico, en un horario establecido, analiza y examina las evidencias enviadas de sus pacientes.

El tiempo real exige gran ancho de banda e infraestructura para conexión uno a uno, médico – Paciente, generando altos costos por infraestructura y por uso ineficiente de recursos médicos; por otro lado la transmisión asincrónica no requiere tanto ancho de banda, utiliza con más eficiencia el recurso médico especialista y puede cubrir ente un 80% y un 90% los casos médicos de teleconsulta, sin contemplar las emergencias.

Por otro lado encontramos que los sistemas de telemedicina usan variedades de estrategias para monitorear a los pacientes, por ejemplo, hay tecnologías que permiten a los pacientes transmitir datos de monitoreo directamente al centro de salud o ingresar a un computador desde su casa donde estos datos pueden ser trasferidos a un proveedor médico. Otros utilizan un teléfono con gran ancho de banda o circuito cerrado de  televisión para un video interactivo. Este monitoreo cercano permite que lo anteriormente mencionado pueda mejorar el cuidado de la salud a través de la detección temprana de problemas y más precisamente la dosificación de medicamentos y agentes biológicos reduciendo potencialmente los costos relacionados con tratamientos futuros y complicaciones de enfermedades.

Costo, efectividad e impacto

Respecto a la efectividad en la telemedicina, la mejor evidencia se encuentra en las especialidades médicas ya que permite a los especialistas, como por ejemplo, los psiquiatras y los neurólogos interactuar y evaluar pacientes que no tienen la posibilidad de una conversación cara a cara.

La implementación de los sistemas de telemedicina podrían tener mayor impacto en las organizaciones de servicios de salud y en la entrega del servicio y administración, pero estos factores junto con los costos asociados han sido ignorados en gran parte. Por lo tanto, existe una clara necesidad de investigar mas sobre los servicios de salud en esta área y de cualquier ensayo clínico. Los estudios incluidos en el análisis, no proveen clara evidencia sobre la efectividad o seguridad de la telemedicina o que la telemedicina provea un cuidado equivalente a un bajo costo. Es difícil esclarecer los factores que parecen generar una barrera para evaluar apropiadamente la telemedicina en los últimos veinte años. Por lo que seria interesante reevaluar las bases de la telemedicina.

Estudios de efectividad, eficacia y apropiación de aplicaciones telemáticas para el cuidado en salud son urgentemente necesarios de realizar, pero la tecnología podría permitir la prestación de cuidados que actualmente no son posibles por medios convencionales. Comparando las aplicaciones de telemedicina con el cuidado convencional pueden no siempre ser posible o sensible. Revisando estudios, se evidencio que el 91% estaban deacuerdo con que el cuidado en casa a distancia es rentable, ya que reduce el uso de los hospitales, mejora el cumplimiento del paciente, la satisfacción y la calidad de vida.

Esta fue la conclusión más clara, ya que otros estudios fueron mucho más cautelosos, encontrando que la telemedicina es rentable para el manejo de enfermedades crónicas, pero los autores advirtieron que los estudios son pocos y heterogéneos. Una comparación de los costos del monitoreo a distancia y la atención habitual para pacientes con insuficiencia cardíaca encontró que el monitoreo a distancia podría reducir el tiempo de viaje y las admisiones hospitalarias, al tiempo que señala que es probable que los beneficios sean a largo plazo.

Resumir el costo de la telemedicina, en comparación con la atención habitual, de manera significativa es limitado en cada estudio atribuyendo los costos a diferentes recursos. Además del costo del equipo de la telemedicina, también se deben contabilizar los costos de hospitalización y los costos para los pacientes y sus familias. Los ahorros de costos asociados con el viaje se informaron comúnmente en los estudios que usaron telemedicina para consultas remotas. La base de la evidencia para la rentabilidad de las estrategias de monitoreo de telemedicina para mejorar los resultados o reducir la necesidad de consultas cara a cara es limitada, la investigación futura debería planear abordar esto diseñando estudios de costo-efectividad junto con estudios de efectividad.

Desde del punto de vista clínico, el potencial de aplicaciones inapropiadas de la telesalud puede reducirse al requerir evaluaciones en persona para determinadas condiciones o tratamientos. La combinación de la telesalud con la atención en persona, especialmente después de un diagnóstico, podría ayudar a resolver las limitaciones en el examen y podría ser valiosa para el manejo de las condiciones crónicas. Si se anima a los aseguradores a ampliar la cobertura, los estudios tendrán que demostrar que, como mínimo, la telesalud no incrementa sustancialmente los costos o que cualquier aumento de costos se compensa con reducciones de costos (por ejemplo, en hospitalizaciones) a corto plazo

El mayor volumen de investigación informó que las intervenciones de telesalud han producido resultados positivos cuando se utilizan en las áreas clínicas de las condiciones crónicas y la salud del comportamiento y cuando la telesalud se utiliza para proporcionar comunicación / asesoramiento y control / gestión. Existen evidencias sustanciales que apoyan subconjuntos de usos de telesalud, como la monitorización remota de pacientes para enfermedades crónicas. En estos casos, el enfoque debe pasar de estudios de eficacia a esfuerzos más amplios de implementación y estudios de barreras para propagar.

Conclusión

En la medicina tradicional veíamos que cuando el número de médicos y pacientes era bajo, la complejidad en la atención también era baja, pero en la actualidad se ha incrementado la demanda de pacientes y adicional, se requiere tener coberturas de salud especializada, no solo en los centros urbanos sino también en los lugares más apartados, entonces la complejidad aumenta porque los sistemas de atención deben utilizar mejor los recursos médicos especializados para cubrir con más eficiencia y menor costo las necesidades de la población; lo anterior nos indica que para que la telemedicina pueda cumplir con su objetivo, se debe redefinir el modelo de operación, es decir, hay que tener en cuenta la estructura de negocio, los roles, las remuneraciones, la adopción de tecnología para digitalizar los registros médicos, los software médicos, los equipos biomédicos e informáticos apropiados para la telesalud.

La tecnología representa solo entre un 10% a 20% del costo total de implementación de un sistema de telemedicina, por lo tanto, la tecnología no es el problema. Entre el 80% y el 90% del problema de la telemedicina se relaciona con la gente, es decir, organización, estructura, formación de personal calificado, la gestión del cambio, reingeniería de procesos, monitoreo continuo, entre otros, entonces son las personas el verdadero reto para que la telemedicina tenga el crecimiento exponencial, de nada sirve tener los mejores equipos y las mejores autopistas de la información sino se tiene buena administración y educación; por eso como solución al problema, se debe romper los paradigmas, hay que establecer metas alcanzables, con estrategias de correcta aplicación, seleccionar las TIC’s de acuerdo a las necesidades, seleccionar el personal adecuado, garantizar la sostenibilidad y formar a todos los involucrados en la atención a distancia.

BIBLIOGRAFIA.

Tottem AM et al. Telehealth: Mapping the evidence for patient outcomes from systematic reviews, publicado en junio 2016.

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